Cada año la Superintendencia de Regulación Sanitaria (SRS), establece un plan anual de vigilancia sanitaria, pues es un pilar fundamental para garantizar la seguridad y calidad de los productos, servicios y establecimientos que forman parte del sistema de salud y del consumo cotidiano. En este contexto, la SRS, por medio de la Unidad de Inspección, Fiscalización y Buenas Prácticas, juega un papel crucial, asegurando que los estándares de buenas prácticas se cumplan de manera rigurosa y continúa protegiendo así, la salud de la población. La vigilancia sanitaria es un conjunto de acciones orientadas a supervisar y controlar que los productos, establecimientos y servicios sujetos a regulación, cumplan con las normativas establecidas de calidad, seguridad y eficacia. Esto incluye desde medicamentos, alimentos y productos cosméticos, hasta equipos médicos, dispositivos biomédicos y establecimientos de salud. La SRS se encarga de regular, vigilar y controlar aquellos establecimientos y productos que puedan tener un impacto directo en la salud pública. Entre sus principales funciones se encuentran: Inspección y Fiscalización: Realizar inspecciones periódicas para verificar el cumplimiento de las normas sanitarias y de buenas prácticas en los establecimientos regulados.